martes, 24 de marzo de 2009

Las cosas bien hechas, bien parecen...





Las fotos aquí recogidas son prueba fehaciente de que en el caso concreto de La Alberca, se ha hecho caso omiso del popular refrán que titula esta entrada. Asistimos al triste espectáculo de como uno de los monumentos más curiosos y originales de Trujillo se ha ido transformando con el paso del tiempo, por su inepta gestión, en un pozo de oprobio y vergüenza para el ayuntamiento. Siendo justos y huyendo de la demagogia, queremos repartir la culpa de este lamentable estado a partes iguales entre la abulia del poder público y la mala leche de los jóvenes vándalos que matan el aburrimiento, entre porro y porro, destrozando, sin miramientos, tanto el patrimonio de todos como el privado; sin olvidarnos porsupuesto de la indiferencia típica y apática de los trujillanos como paisaje de fondo.








Analicemos la actuación del consistorio municipal en el caso que nos ocupa:



Se ha procedido al vaciado de La Alberca para colocar una bomba que mantenga el agua en un nivel constante, con la intención final de dejar vistas y útiles las escaleras que descienden a su interior; la otra novedad, ha sido la colocación de focos en la bajada y dentro del agua como fuente de iluminación. Hasta aquí no hay objección alguna, ya que a nuestro juicio se trata de una intervención acertada, que embellece y engalana el monumento. Uno puede disentir en detalles estéticos, el color de las luces, los acabados, pero la idea en conjunto, como hemos dicho, nos parece buena.Ahora bien, los problemas comienzan cuando uno repara no en lo que se ha hecho y sí en lo que se ha dejado sin hacer. Notorio es, que en los últimos años La Alberca ha ido gradualmente convirtiéndose en un basurero, bajo cuyas aguas podemos encontrar chatarra y desperdicios de la más variada condición. Con este dato en la mano, lo más lógico hubiera sido vaciarla para someterla a un concienzudo lavado de cara, sinembargo se ha vaciado, se han colocado las luces y se ha puesto la bomba sin tan siquiera limpiar o al menos hacerlo a fondo, primer error. Es bastante patética la imagen nocturna de un enclave tan representativo, iluminado pero lleno literalmente de mierda.

Otro punto que pone en tela de juicio la seriedad con que emprende determinados proyectos este Ayuntamiento, es el poco celo que ha puesto en salvaguardar de los "Bárbaros" el sistema eléctrico reponsable de luz y bomba. Teniendo en cuenta los precedentes, hace ya unos años se sometió a La Alberca a una intervención muy similar que fracasó por culpa de los gamberros, lo razonable pasaba por reforzar la seguridad como forma de evitar el sabotaje de las instalaciones, y no conservar una oxidada y vieja chapa metálica cerrada solo con un candado de dimensiones ridículas como único baluarte contra la constancia y malas artes de los haraganes.¿Resultado?, ya han roto la bomba. La principal virtud de un gobierno, ya sea estatal o municipal, es la de prever; y es que uno puede entender que la primera vez les pillara por sorpresa la cantidad de cafres sin nada que hacer que pululan por el pueblo, pero de la segunda son ellos tan responsables por no poner impedimentos a la malicia como aquellos que usan de ésta para hacer daño por diversión.
Soluciones:
Con respecto al primer aspecto criticado no tenemos nada especial que aportar, creemos que es de sentido común la necesidad de una limpieza urgente para que acorde a su condición de monumento, La Alberca, vista ante autóctonos y forasteros sus mejores galas.
En cuanto a la dificultad de presentar batalla a los energúmenos, desde Mil Novecientos queremos proponer en primer lugar, el aumento del sistema de seguridad que protege la instalación eléctrica, sería tan sencillo como sustituir la desvencijada portezuela por una forja con doble cerradura y un candado contundente. En segundo, creemos de una importancia meridiana el refuerzo de efectivos de la policía local hasta completar la posibilidad de dos patrullas nocturnas simultáneas así como recuperar la figura del sereno, que si bien somos conscientes de la imposibilidad de devolver este oficio a las calles de las grandes ciudades debido al tipo de violencia que hoy está vigente, si creemos que puede ser útil y eficaz en pequeñas poblaciones como es el caso de Trujillo. Una tercera posibilidad, ésta ya más polémica, sería la colocación de cámaras de vigilancia.


Conservar la ciudad, en especial su patrimonio cultural, histórico, artístico y arquitectónico, es una tarea de todos, ha de haber a la fuerza una colaboración y entendimiento entre poder político y ciudadanos, cumpliendo cada una de las partes con su respectiva obligación. Mientras eso ocurre, no vale cruzarse de brazos y esperar que el vecino nos solucione la papeleta, cada uno ha de hacer examen de conciencia y preguntarse que puede hacer él por la comunidad; nuestras puertas están abiertas a todos.



¡Adelante Mil Novecientos!

3 comentarios:

  1. sisi os ha quedado biien limpita
    la alberca =)

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  3. Por cierto, ya vuelve a estar sucia. No entiendo muy bien lo que pasa en Trujillo, el mismo esfuerzo requiere tirar la basura a la alberca que a una papelera. una de dos, o no hay papeleras suficientes, o a los trujillanos nos gusta ver el pueblo feo. quizás seamos devotos de la estética de lo horrible, una lástima

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