Debido a mis circunstancias personales, viajo relativamente a menudo en autobús. A consecuencia de las sinuosas carreteras nacionales y de las eternas paradas, suelo optar por intentar relajarme y echar una cabezadita durante mis viajes si la compañía lo permite; sinembargo, cuando el lugar al que se dirige uno no es la última estación del itinerario, el sueño siempre se ve asaltado por la duda constante de si despertaremos a trescientos kilómetros de nuestro dulce hogar, transformando el reparador descanso en agotadora zozobra. Ahora bien, toda regla como bien ustedes saben, tiene su excepción, y en mi experiencia como viajero, ésta, siempre se refiere a Trujillo como destino. ¡Oh!, cuando uno va de vuelta a su patria chica puede entregarse con despreocupada somnolencia en los brazos de morfeo, sabedor de buena fe, que justo antes de entrar en nuestra estación de autobuses, una blasfemia oportuna o bien una imprecación o exabrupto a tiempo, harán las veces de toque de corneta que nos ponga al corriente de que por fin estamos de nuevo en casa, y es que esa es por regla (aquí no hay excepciones) la reacción del conductor que se ve obligado a lidiar con el caos y las estrecheces que rodean y conducen al acceso para los vehículos de pasajeros. Así pues, creemos que ya va siendo hora de transformar las palabras en hechos y darle una nueva ubicación, más amplia y diáfana, a la estación de autobuses de Trujillo. Son varios los trayectos que eluden nuestra ciudad, a pesar de su privilegiada situación geográfica, por la incomodidad de sus accesos, siendo este tipo de medidas poco positivas y halagüeñas para el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad.
Consideramos que los terrenos alrededor del silo, son los más indicados para convertirse en el nuevo emplazamiento de la estación. En primer lugar por estar completamente inutilizados y desaprovechados; en segundo, porque tienen unas dimensiones más que aceptables como para acoger una construcción de este tipo; y en tercero y último por gozar de unas características inmejorables en materia de tránsito y acceso, ninguno de los autobuses que haga el trayecto Madrid-Badajoz y viceversa tendría que adentrarse en las calles del pueblo, recorriendo solo cómodas y aptas vías principales de paso como la variante.
Por todo ello, en Mil Novecientos, vemos como urgente y necesario un cambio de sitio para la estación de autobuses.
lunes, 25 de mayo de 2009
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