jueves, 2 de julio de 2009

¡Una de Falacias formales!,por favor...II

Concluiamos la primera parte con la pesimista visión de que los mejores están pasando a ser la clase marginal del siglo XXI, y damos comienzo a esta segunda parte con la no más halagüeña afirmación siguiente: No sólo hay marginación, sino que la cualidad y calidad individuales están perseguidas y castigadas, así pues, osados y valientes los que se atrevan. Y da la feliz casualidad de que un par de kamikazes culturales, primos a la sazón, han tenido la vergüenza torera y la decencia de desempolvar sus libros y manuales para airearlos y que les dé la luz, no sea que se pudran, porque todo aquel conocimiento que tarde o temprano no ejerza una influencia directa o indirecta sobre la realidad, está condenado en última instancia a ser un saber muerto e inútil, salvo que posea una bella encuadernación. ¡ Y va el gremio de los mediocres y se ofende! porque desinteresada y honorablemente, Don Francisco Sanz y Don Miguel Sanz se presentan con la ley en la mano para impedir un horrendo atentado contra el patrimonio, el sentido común y el más elemental buen gusto. Lo único que han ganado con ello estos dos caballeros ha sido convertirse en las las víctimas de la segunda falacia que completa la pareja... El Argumentum ad Hominem; y es que tristemente, la única "razón" esgrimida por los detractores de su acertada y certera intervención, no ha sido otra que la descalificación y el ataque personal para de este maquiavélico modo intentar hacer perder en peso a tan autorizada y fundamentada opinión.

Por ello desde Mil Novecientos queremos mostrar nuestro incondicional apoyo en tan justa causa.

¡Una de Falacias informales! , por favor...I

Si uno enciende la televisión a partir de la una del mediodía, lo normal es que se encuentre con mesas de debate y opinión en al menos dos de cada tres cadenas. En un principio no tenemos absolutamente nada encontra de estos espacios televisivos, es más, creemos que es sano y productivo que la "caja tonta" reserve unos minutos en su parrilla a la discusión política, social, deportiva y cultural, ya que se trata de una forma más o menos crítica que obliga al espectador a enfrentarse a la realidad como problema en lugar de simplemente dejarla pasar.
Ahora bien, nuestros reparos surgen cuando aquellos que toman asiento en su escaño televisivo optan por el monólogo como forma de comunicación y parten a su vez del monolitismo ideológico como argumento y premisa fundamental de su discurso. A esta intransigencia del " a priori" hemos de sumarle otro fenómeno no menos preocupante y que es la primera de las falacias del tándem que da título a estas líneas, ésta no es otra, que El argumentum ad verecundiam. Quién de nosotros no ha caído alguna vez en la trampa de defender un hecho o una idea con la ya, por desgracia, tópica frase " que sí, que lo he visto en la televisión". Para disgusto de unos y disfrute y alegría de otros la sociedad occidental ha adoptado una pueril credulidad con respecto a todo aquello que nos llega a través de la televisión, hasta el punto de covertirse ésta, en un elemento casi incuestionable en materia de autoridad moral e intelectual. Este error falaz sobredimensiona su peligro si tenemos en cuenta que vivimos en un mundo globalizado y lo que es aún peor, masificado, es decir, la información mediática controla y dirige la capacidad crítica de los individuos vaciando ésta en la nada cultural de los tópicos y los lugares comunes, sustituyendo así y de forma gradual, la idea de pueblo por la noción amorfa de masa.
El monstruoso fenómeno de la falacia por autoridad aplicado a la televisión no se restringe a ésta, sino que se extiende por todos y cada uno de sus profetas, de modo que la "bestia" toma las más variopintas formas humanas. Como fatal consecuencia merecida, tenemos a auténticos ignorantes y cantamañanas sentando cátedra a cerca de asuntos de una importancia vital para nuestra civilización, mientras que aquellos que sí han ganado con su esfuerzo y brillantez el derecho a ser escuchados y tenidos en cuenta permanecen en el más aciago de los ostracismos por obra y gracia de la erudita pero inculta sociedad de la información.

lunes, 25 de mayo de 2009

Misión (casi) imposible...

Debido a mis circunstancias personales, viajo relativamente a menudo en autobús. A consecuencia de las sinuosas carreteras nacionales y de las eternas paradas, suelo optar por intentar relajarme y echar una cabezadita durante mis viajes si la compañía lo permite; sinembargo, cuando el lugar al que se dirige uno no es la última estación del itinerario, el sueño siempre se ve asaltado por la duda constante de si despertaremos a trescientos kilómetros de nuestro dulce hogar, transformando el reparador descanso en agotadora zozobra. Ahora bien, toda regla como bien ustedes saben, tiene su excepción, y en mi experiencia como viajero, ésta, siempre se refiere a Trujillo como destino. ¡Oh!, cuando uno va de vuelta a su patria chica puede entregarse con despreocupada somnolencia en los brazos de morfeo, sabedor de buena fe, que justo antes de entrar en nuestra estación de autobuses, una blasfemia oportuna o bien una imprecación o exabrupto a tiempo, harán las veces de toque de corneta que nos ponga al corriente de que por fin estamos de nuevo en casa, y es que esa es por regla (aquí no hay excepciones) la reacción del conductor que se ve obligado a lidiar con el caos y las estrecheces que rodean y conducen al acceso para los vehículos de pasajeros. Así pues, creemos que ya va siendo hora de transformar las palabras en hechos y darle una nueva ubicación, más amplia y diáfana, a la estación de autobuses de Trujillo. Son varios los trayectos que eluden nuestra ciudad, a pesar de su privilegiada situación geográfica, por la incomodidad de sus accesos, siendo este tipo de medidas poco positivas y halagüeñas para el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la ciudad.

Consideramos que los terrenos alrededor del silo, son los más indicados para convertirse en el nuevo emplazamiento de la estación. En primer lugar por estar completamente inutilizados y desaprovechados; en segundo, porque tienen unas dimensiones más que aceptables como para acoger una construcción de este tipo; y en tercero y último por gozar de unas características inmejorables en materia de tránsito y acceso, ninguno de los autobuses que haga el trayecto Madrid-Badajoz y viceversa tendría que adentrarse en las calles del pueblo, recorriendo solo cómodas y aptas vías principales de paso como la variante.

Por todo ello, en Mil Novecientos, vemos como urgente y necesario un cambio de sitio para la estación de autobuses.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Y en el principio fue la palabra...

Para entender mejor las lineas que siguen, les conminamos a que lean el siguiente artículo aparecido hace unas semanas en el diario Hoy así como los comentarios bajo el texto principal: http://www.hoy.es/20090507/trujillo/quieren-teatro-gabriel-galan-20090507.html


Simplificando, lo que separa insalvablemente a Dios de los hombres, es que Éste,posee infinitas perspectivas de la realidad que le brindan la capacidad de ser Dueño y Señor de la misma. Pues bien, en Mil Novecientos creemos que el conjunto de más o menos fundamentadas opiniones que se vierten a los pies del artículo,son una prueba fehaciente de que la suma de pareceres es un buen comienzo para empezar a dar solución a los males y problemas que aquejan a Trujillo, sinembargo y por desgracia, en esta ciudad predomina una actitud pueblerina a la hora de valorar la utilidad de la opinión pública, llegándose al extremo de meter en el mismo saco, crítica constructiva y marujeo maledicente, porsupuesto y ni que decir tiene que, ¡así nos luce el pelo!.

Confucio, una vez preguntado por cuál sería su primera decisión como gobernante contestó: "Fijar el nombre de todas las cosas". No estaría de más que por una vez partiéramos de esta sabia premisa.Tanto la noticia que se hace eco de la futura (futurísima) reforma como los comentarios a la misma utilizan el término TEATRO para referirse al espacio conocido como "Gabriel y Galán", cuando el edificio evidencia en sus carencias y chapuceras soluciones que el término más acertado debiera ser como mucho, el de Salón de actos municipal.
Algunos podrán pensar que todo esto es irónica chanza o a lo sumo un pedante ejercicio de pura y vacía retórica, pero nada más lejos de la realidad. Para recorrer un itinerario concreto o bien llevar a cabo un determinado proyecto, es de primera necesidad saber con absoluta certeza de dónde se parte, sólo así podremos trazar sobre el mapa o los planos cuál habrá de ser la linea más correcta para unir el punto de origen, que ya es realidad de facto y apriori, con la meta o resultado final, que por el momento sólo es una deseable fantasmagoría, un fenómeno ideal que fundamenta sus posibilidades de devenir y manifestarse como realidad tangible en esa estructura inicial con la que ya contábamos, y de donde se deduce que aprehender en su esencia nuestros presentes mimbres, es conditio sine qua non para llevar a buen puerto nuestras futuras cestas.

Y es que acaso...¿Es lo mismo acometer la reforma de un teatro que de un salón de actos? si el Ayto quiere hacer de este espacio de cultura una referencia comarcal ¿No debería aspirar antes que nada a sentar decentemente las bases de un teatro como Dios y la comedia del arte mandan?. La cuestión es muy sencilla señores/as señoritos/as políticos/as( el Gurú progre me libre de infringir la normativa lingüística Aído) antes de meter mano en ningún sitio, preguntémonos si queremos un rimbombante salón de actos o bien un elegante teatro que devuelva la dignidad al arte dramático en Trujillo. Así pues, hagámonos el impagable favor de que de aquí en adelante intentemos llamar a las cosas por su nombre, porque las palabras, también juegan su papel en el mundo de los hechos.

lunes, 20 de abril de 2009

Pequeños detalles...





La minuciosidad hasta la extenuación, no dejando absolutamente ningún cabo suelto o variante abierta al azar, es un posicionamiento psicológico ante la realidad que, como actitud vital, puede devenir en pura obsesión, en un deliriums tremens capaz de arruinar hasta la mejor amueblada de las cabezas. Sinembargo, si tomamos este estado de ánimo como forma de enfrentar los retos y lo ceñimos al espectro laboral y de las responsabilidades, se vuelve todo virtud, convirtiéndose en el mejor aliado de un trabajo meritorio y bien hecho.Cuando se trata de la gestión y administración de lo público, el control y cuidado sobre los más insigificantes aspectos ha de ser aún mayor si cabe, cada nuevo plan y proyecto debe ser emprendido con la más calma y profunda reflexión, sometiendo cada decisión una y mil veces al juicio de una razón inquisitiva que reduzca al mínimo la posibilidad de error y lleve a buen puerto nuestros objetivos y anhelos iniciales.
Ayer el Diario Hoy publicaba, en su sección dedicada a la comarca de Trujillo- http://www.hoy.es/20090420/trujillo/cableado-altura-plan-especial-20090420.html-, un artículo de Javier Sánchez Pablos donde se evidenciaba un descuido notable y sin visos de tener una pronta solución, el cableado eléctrico que aún recorre exteriormente numerosísimas casas particulares y edificios de carácter histórico-artístico. Esta situación, que para algunos puede carecer de la más mínima importancia, crea un doble problema, el primero es una cuestión de inseguridad por quedar los cables vistos, a la intemperie y sin ninguna protección más allá del revestimiento que estos llevan; el segundo es de índole estética, generando una sensación visual negativa a consecuencia de cierto aspecto de abandono, atraso e indiferencia así como de la fealdad manifiesta de los cables, que rompe el conjunto armónico de las fachadas. Precisamente estos pequeños detalles son los que sumados a la ausencia de otras iniciativas nos alejan de poder dar un salto cualitativo como espacio de vida.










Es necesario que de una vez por todas aquellos que nos gobiernan cobren clara y meridiana consciencia de que su trabajo no es mera burocracia, que su quehacer es notablemente más exigente que el de un simple funcionario de oficina, siendo su deber dar solución eficaz y apta a los problemas que acucian a la ciudad.




PD: Fotos de MCM



lunes, 6 de abril de 2009

Sin pausa pero sin prisa...


La posibilidad de que Trujillo entre a formar parte del selecto club de las ciudades patrimonio de la humanidad, es un canto de sirena que a todos nos seduce y encandila, en ocasiones, hasta el punto de convertirse en una panacea que dará pronta y definitiva solución a todos los males que aquejan y arrastra el pueblo. Hasta los milagros tienen a veces un pero.
Creemos que nadie puede negar lo evidente, conseguir ese tan ansiado objetivo conllevaría notables beneficios para todos, ahora bien, el problema, desde nuestro punto de vista, radica en las formas y medios para conseguirlo así como también en el espíritu de fondo que anime el proyecto.

La obsesión y la premura que guían la incompleta candidatura de nuestro Ayuntamiento puede llevar a los espíritus suspicaces a pensar que es sólo el interés de recibir subvenciones y la pura vanidad de aparentar y pavonearse lo que mueve y da vida a la ambiciosa empresa. Esto bien podría no ser así, en tal caso, estaríamos hablando una vez más de falta de previsión y torpe gestión, y cuando se trata de la cosa pública, en Mil Novecientos tenemos muy claro que
preferimos la malicia inteligente a la incompetencia ignorante.

Hace unos meses, en una excelente conferencia, una voz con sobrada autoridad intelectual en la materia como la del Dr. Francisco Sanz, nos recordaba de pasada, ya que no era el tema a tratar, la importancia de desembarazarnos de la ansiedad por obtener el nombramiento y preocuparnos de hacer bien las cosas, paso a paso
Discernir entre medio y fin, poniendo la aspiración a patrimonio en el lugar que le corresponde, bien podría ser ese primer paso necesario para ponernos en el buen camino. Es importante que rescatemos conceptos que con el devenir de la modernidad comienzan a estar ajados y en desuso, los de esfuerzo y sacrificio son un buen ejemplo; la combinación del trabajo duro con la inteligencia es la distancia más corta entre los sueños y la realidad. El premio que supone el reconocimiento internacional tiene que ser consecuencia de la excelencia de Trujillo como espacio social y cultural de vida, y esa condición, depende de que todos o al menos la mayoría estemos dispuestos a jugar un papel activo en esa tarea colectiva. Es esencial que veamos el espaldarazo que significa el hecho de que nos otorguen la condición de ciudad patrimonio, no como un fin en sí mismo sino más bien como un medio y una meritoria medalla; un medio de obtener más posibilidades y recursos para potenciar las aptitudes de la comarca y una medalla que sea el adorno del noble espíritu de crecer como comunidad que ha de guiarnos.

Por todo ello desde Mil Novecientos les invitamos a que sustituyan los castillos en el aire por el que corona Cabeza de Zorro, y nos sentemos despacio, con calma, haciendo inventario de nuestros defectos y virtudes y pongamos encima de la mesa un sólido y convincente proyecto, respaldado por la firme y sincera voluntad de trabajar alentados por la ilusión de ser mejores...Y es que señores, la prisa nunca fue buena consejera...


PD: La presentación de ideas y proyectos que hagan de Trujillo un lugar mejor será uno de los pilares básicos de la actividad de MCM.

martes, 31 de marzo de 2009

Antes y después...







































Una imagen vale más que mil palabras...
¡Adelante Mil Novecientos!